Son las 3 am. aproximadamente, llueve... y viajo en bus desde Madrid a Málaga a unos 100 y largos km/h...
es un va y ven y el roce de los neumáticos con las bandas sonoras de la carretera el que me hace reflexionar un poco sobre esta cuestión.
Son muchas veces a lo largo de nuestras vidas las que dejamos a esta (nuestra vida) en manos de otras personas , sin pensar de forma lógica, que son solo eso... personas
El cerebro, amoldado a las exigencias sociales de desplazamiento, como es este caso, prepondera la misma frente al instinto básico de supervivencia.
Es curioso como la sociedad tacha a las personas que tienen pánico o miedo a volar o al transporte público en general, pero más curioso aún me parece el hecho de que en la mente consciente de estos sujetos, ese miedo acabe focalizado en el fallo mecánico y no al humano !
¿Cuantas veces habremos imaginado el fallo en el motor principal y la caída empicada del del avión... y que pocas veces, o casi nunca, la embriaguez, somnolencia o depresión con tendencia suicida del comandante?
Uno podrá ampararse en la profesionalidad del conductor, pero se trata de algo mucho más basico y encarnado de lo que pendería nuestra vida sin que nos paremos a reflexionar en ello. El instinto individual de supervivencia presenta pues una cesión clara frente al instinto preponderante de la manada...
Mientras, y como el resto del mundo, yo sigo camino a mi destino...
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