jueves, 7 de octubre de 2010

Sin la muerte no sería posible la vida


Una de las preocupaciones que atormentan a diario a miles de personas es el vacio emocional causado por la muerte de un familiar directo o un amigo cercano, es este tema sobre el que   opinaré en esta entrada.

El ser humano es empático, es prácticamente imposible no sentir ansiedad, angustia, pena y dolor interno ante la perdida de ser querido... ¿pero hasta el punto de interferir amargamente en la vida del individuo y marcarlo de por vida?, es precisamente esta cuestión sobre la que quiero reflexionar... la necesidad de buscar una solución temprana a este problema.

Tengo la extraña sensación, y no puedo apoyar esta tesis en argumentos científicos, de que en los animales existe sentimiento de manada superior al que se da en los humanos y la muerte es aceptada de una forma completamente distinta... no se observan casos de suicidio por la muerte de un descendiente, el grupo continua su rutina si el cocodrilo se come a la cría... esto parece revelar que ese dolor insuperable no es más que un subproducto cultural de naturaleza puramente humana y no de principios universales; por lo tanto, es susceptible de modificación. Claro ejemplo que puede sustentar esta tesis es la existencia de las sepulturas que son comunes a casi todas las culturas humanas, con diferencias en cuanto a rito y decoración dependiendo de las creencias con respecto a la muerte y la existencia después de ella, elemento que no está presente en el reino animal.

Y el problema es la ausencia de conocimiento... nos enseñan en nuestra temprana etapa educativa los diferentes estratos del suelo y de la atmósfera... ¿que aplicación práctica tiene para el futuro del individuo este conocimiento?... pero porqué nos empeñamos en decir que los hombres y mujeres van al cielo... ¿Nadie se plantea entonces enseñarnos cual es el final del ciclo de la vida y como aceptarlo y no "enfrentarnos a el?, es una humilde opinión la que se centra en presentar una alternativa a los diversos problemas psicofisiológicos con la mera transformación del sistema educativo ¿No sería capaz el individuo de superar la depresión generada por la desgracia, si es él mismo el primero en diagnosticar sus síntomas y contactar de forma prematura con el profesional?


Todos, sin excepción, debemos comprender que la muerte esta presente en la vida desde su mismo inicio, la destrucción celular causada ubiquitina hace que sea imposible concebir ambos conceptos separados... el cuerpo muere y revive constantemente y esto sucede en todo los seres vivos, es el momento de abandonar los dogmas culturales y asimilar de una vez por todas que tan solo somos parte de un proceso de inimaginable duración.

1 comentario:

  1. Hola Juanlu. Enhorabuena por el blog, Eduard estaría (y estará) orgulloso.

    ¿Has leído "Un mundo feliz" de Aldoux Huxley? En la novela el autor plantea una utopía (o distopía según se mire) en la que el ser humano se encuentra condicionado desde la infancia en contra de la organización social familiar, de modo que repele el concepto de paternidad y el apego emocional se considera subversivo. En una etapa de este condicionamiento, posterior al nivel del subconsciente, los niños eran llevados a una especie de clínica donde se encontraban ingresadas personas cuyas vidas se iban apagando, y allí jugaban despreocupados y se familiarizaban con la muerte, entendiéndola como algo inherente a la vida.

    Todo eso por supuesto, en un contexto en el que la sociedad está organizada con criterios de optimización de la producción. Es innegable que el contacto humano es fundamental para sobrevivir, pero algunas de las prácticas para afrontar la muerte no me sonaban tan descabelladas. Estaré majarón yo.

    Un saludo

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